Como no salgo a pescar por diversas causas, (mal tiempo entre ellas) me voy a entretener contándoos un chiste.
Después de un tiempo de haber abandonado el hogar materno dos pulgas se encuentran y tras los saludos y besos de rigor
- ¿Qué es de tu vida?.
- Fatal, tia! no me quito el resfriado de ninguna manera.
- ¿Y eso?
- Pues que cuando abandonamos el perro me refugié en un poblado bigote y resultó ser el de un "motero". Y no puedo quitarme el resfriado de encima.
- Anda ya! si pareces tonta. Mira ; haz como yo, que me refugié en el "bosquecillo" de una morenaza , y allí estoy bien calentita siempre.
-Bueno, pués probaremos a ver.
Unas semanas después vuelven a encontrarse y la pregunta de rigor.
-¿Cómo te ha ido? Veo que no me hiciste caso , pues llevas un resfriado de cojones.
- Hice como me dijiste, busqué una morenaza imponente y me refugié entre sus partes intimas . Al principio todo iba bien.
Bien calentita y me quede dormida, pero a la que me desperté, allí estaba otra vez enganchada al bigote del motero.