Efectivamente, hemos pasado lista varias veces, a ver si en alguna de ellas teníamos suerte y te encontrabas entre nosotros, pero... el destino no ha querido reconfortarnos con tu presencia, la reunión ha estado como coja, se notaba la angustía y la tristeza en la cara de la gente, la gente que te aprecia, que sabe valorarte, que sigue al pié de la letra tus patriarcales consejos hoy, esa gente ha estado huerfana, desvaida, sin protección, desamparada, sin norte ni guía, como un naufrago se sentiría en una isla perdida en el océano.
Pero a cambio hemos podido hablar entre nosotros, contarnos mil y una cosas sobre hechos sucedidos, relatos de pesca, anecdotas, risas, hemos concluido con el procedimiento de la creación del Club para lo que hacía falta poder entendernos, dialogar, discutir etc... cosa que no hubieramos podido hacer si hubieras venido, por lo que agradecemos el acierto de tu mujer enviandote a recoger a tu hija, la puntería que ha tenido tu hermana al elegir el día del nacimiento de tu sobrina y al destino que en principio nos quería deparar una jornada macabra.
Mil gracias Dioses del averno por habernos mantenido alejados del mal, amén