Una abuelita le dice a su nieto de 13 años:
- Robertito, por favor a ver si puedes ayudarme a ponerme este supositorio que me ha mandado el médico para el catarro.
A lo que Robertito contesta:
-Abuelita, no se poner supositorios.
La abuelita le insiste
-Robertito que yo no llego, por favor que no me puedo agachar.
Y Robertito, claro, no se puede negar.
Cuando la abuela se pone en posición y el muchacho coge el supositorio, no puede por menos que exclamar asustado:
Abuela, te lo meto por el culo o se lo doy de comer al pavo.
Llega Manolo a pescar en el hielo. Abre con mucho trabajo un agujero y cuando va a meter el sedal y el anzuelo, oye una voz desde lo alto que le dice:
- AHÍ NO HAY PECES....
Desconfiado que es, prueba a pescar y no tiene resultado. Convencido al fin, camina otro poco y abre otro agujero. Va a meter el sedal y el anzuelo cuando oye, otra vez, la voz desde lo alto:
- AHÍ TAMPOCO HAY PECES....
Porfiado, prueba un rato, sin que ninguno pique. Se levanta, camina algo más, y ya va a abrir otro agujero, cuando la voz le dice:
- TAMPOCO AHÍ VAS A ENCONTRAR PECES....
Manolo, disgustado, le replica a la voz:
- ¿Y tú, cómo sabes tanto? ¿Eres acaso Dios?
- NO, PERO SOY EL GERENTE DE ESTA PISTA DE HIELO
(de patinaje)