Domingo, 11 de Enero.
Suena el despertador, son ¡las cinco!
Como ya tengo todo el material en el coche (menos el cebo, dos de americano, veta y unas patas de pulpo) no pierdo ni un minuto en salir de mi pueblo en dirección a las costa. Todavía dudando sobre el sitio a elegir(hay tantos...) me decido por Agua amarga, pero cuando abro la puerta del coche un edor brutal me hace cerrar la puerta del coche. Media vuelta.
Me decido por parar en Urbanova, nunca he pescado allí, pero he oído hablar.. en fin, vamos allá!!
Con más moral que el Alcoyano, el primer lance es a las 6.30 de la mañana, buena hora, pienso. Probaremos con pulpo y americano, en una caña, y con la otra, pulpo y veta (buenas raciones, es la primera tirada). Nada de nada. Paciencia
Pero pasan las horas, sale el sol (qué bonito, sólo por esto ya vale la pena el madrugón), pero, venga espero la ¡¡primera!! picada... nada de nada, Paciencia
Alas 6 de la mañana hacía un frío que pela y de repente empieza a sobrar la cazadora, el jersey, pero qué calor, en pleno invierno...
Empieza a picar el sol y con ello la llegada de turistas. Los niños se te acercan, ¡hola señor pescador! ¿ha pescado algo? nada de nada...
Son las doce cuando decido recoger... nada de nada, pero lo triste es que NI UNA PICADA!! Ya decepciona la porra, pero esto... te sobra todo el cebo, te sientes y crees que ya no volverás a , pero en fin, que se le va a hacer, ya ha pasado la mañana, y me vuelvo para casa.
Cuando llego, mi hermano ha venido de visita con mi sobrina, de tres meses. Todo olvidado.
Hasta la próxima