EL PESCADOR AFICIONADO, CON 4 AÑOS DE EXPERIENCIA, SALIÓ A BUSCAR LUBINAS A PRIMERA HORA DEL PASADO VIERNES
Desaparece un pescador aficionado en Irún mientras pescaba lubinas desde su barco
El pescador aficionado Miguel Berros, un irunés de 48 años, salió en su cabinada nueva para intentar pescar alguna lubina para Navidad.
Salió a la mar, a la zona conocida como Erretas -como hacía «cuando tenía libre» desde hace más de 14 años-, pero en esta ocasión no volvió a casa. Saltaron las alarmas y cuando los servicios de Salvamento Marítimo recibieron el aviso se montó el dispositivo de rescate, con un helicóptero y dos barcos que zarparon hacia Les Roches Noirs, al Este de la playa de Hendaya, para iniciar la búsqueda que se prolongó durante toda la noche.
Con la salida del sol, y ante la ausencia de resultados, tres helicópteros -de Protección Civil de Cantabria, de Salvamento Marítimo y de la Ertzaintza- y nueve embarcaciones -el salvamar 'Orion' de Salvamento Marítimo, el 'Río Nervión' de la Guardia Civil del Mar, el 'Itsas Zain' de la Ertzaintza, el 'Montero l' de Salvamento marítimo francés, la patrullera 'Adour' de la Armada francesa y las 'Getaria I', 'Getaria II', 'Guadalupeko Ama' y 'Z-15-3' de Cruz Roja- inspeccionaron la zona hasta las 18.00 horas, sin encontrar más rastro del experimentado navegante que parte del puente del barco.
«Han pasado muchas horas y ahora el agua está muy fría como para aguantar tanto. Además, no se solía poner el chaleco salvavidas y con toda la ropa y las botas » comentaban sus amigos, también pescadores aficionados, que saben bien que «la mar es traicionera» y aunque, según decían, el irunés no había tenido nunca ningún susto, el lugar de la desaparición es peligroso. «Hay muchas rocas y, con la mar de fondo que había ayer, puedes chocar con alguna muy fácilmente».
«Ha habido muchos accidentes en esa zona», comentaban. «Además, para pescar lubina hay que meterse mucho y, a veces no te das cuenta», decía.
«Era buen navegante, se había sacado los títulos y, además, se había comprado hace poco una cabinada de seis metros - el 'Makuz'- que tenía todos los sistemas de navegación. Antes tuvo otras dos embarcaciones y siempre las amarraba en el puerto de refugio».