Hola compañeros del foro.
Gracias a todos por alegraros tanto como yo, os cuento como fue la captura.
Que aunque suene a broma, os prometo por lo mas sagrado que fue así.
Salimos el lunes por la mañana mi amigo Rafael y yo(Victor), del puerto de Gallineras sobre las 7:45, con las cañas y rapaceos del 0.30 y 0.35, y anzuelos de carbono del nº2 para buscar brecas y viejas. De carnada 1/2 kilo de camarones. Sobre las 8:30 ya teniamos las cañas lanzadas.
Eran las nueve de la mañana y llevabamos una chopa y una breca, de pronto en una de las cañas una buena picada. Rafael coge la caña y dice que "parece gordo", empieza a recuperar, pero demasiado rapido; y de repente "que se ha ido".
Cuando recoge del todo, vemos que se ha roto uno de los dos anzuelos del rapaceo. Lo cambiamos, ponemos mas camarones y seguimos pescando, comentando entre los dos que seria lo que habia picado. Despues hubo un par de picadas mas de brecas, y de nuevo otra picada grande. Rafael que coge la caña y comenta que "este es gordo tambien". Le comento que tranquilo y que le de su tiempo para que se canse. El sigue trabajandolo y yo mientras tanto tengo que ir levantandole las otras cañas para que el pase de un lado a otro del barco, incluso me dio tiempo a sacar dos brecas, poner camarones y lanzar las cañas de nuevo.
Casi quince minutos estuvo Rafel liado con el pescado, entonces me dice: ya se va viendo, coge la sacadera. Yo la cogi y me acerque a la banda en la que estaba el. Y entonces, yo, que solo habia visto peces grandes en los documentales de Cousteau, fue cuando ya me puse a temblar y a exclamar gritando: Dios, que pedazo de Pargo.
Cuando el pescado ya estaba arriba del agua, me fije en que tenia el anzuelo clavado en el labio. VENIA COGIGO POR EL LABIO. Le digo Rafael ten cuidado que viene cogido por el labio. Yo mientras, intentando meterle la sacadera, (imaginaros la sacadera que tengo, una normalita del Decathlon, mas bien chica), y el pescado que no cabia.
Yo buscando la forma de meterle la sacadera y Rafael que me dice: EL PESCADO, QUE SE HA SOLTADO. AHHH, QUE ME TIRO AL AGUA. Le digo espera Rafael, como te vas a tirar con toda la ropa, espera.
Menos mal, que el pescado tenia la vejiga natatoria hinchada y no podia hundirse. Entonces dandole con la sacadera, consegui que metiera la cabeza y con la espina dorsal y se quedo ya encajado en la sacadera. Lo acercamos al barco y le metimos las manos por las agallas. Y por fin lo subimos al barco.
Todavia temblando, empezamos a dar saltos, apretones de manos, dandonos la enhorabuena y llamando por el movil a las dos familias para contar lo sucedido. No nos lo podiamos creer, lo que habia pasado, y habiamos conseguido subirlo, parecia mentira, pero alli lo teniamos a nuestros pies. Era in creible.
Parece un cuento, pero prometo que asi fue. No se si alguna vez volvere a coger otro pescado asi, pero os aseguro que este me ha marcado. Esto no se me olvidara mientras viva. ¡¡¡¡Que dia de pesca!!!.
Saludos. Victor.