kikecv

barbatim no eres ningun capullo eres un tio ole pero as visto por ser la primera vez que me meto en un lio me quitan una estrella kike

Me parece muy agradable y dicno de alabanza lo que esponeis tanto gran blanco como ibon. Pero esto post creo que deberiamos dejarlo llegar a lo masprofundo de este foro por que en mi mas umilde opinion esta hay y puede ser fruto de malas interpretaciones y como yo e echo borron y cuenta nueva ustedes creo k deberian hacer lo mismo kike

Paco lo se que te llaman tus amigos. Pero me voy a marcar una nueva encrucijada como robin del osfil (robin jut) Como decia mi amigo fallecido Para que llore mi madre que llore la tuya y no iva equivocado solo esponia sus ideas. kike

Estoy muy contento por esta nueva forma, no forma por esta gran decision que a tomado el equipo que vela por nuestros intereses (sin animo de lucro) me parece una decision drastica, pero un par de componentes de este foro y yo incluido no les dejamos alternativa. Lo unico que recrimino es mi estrella que siempre e intentado,no intentado soy asi tener una conducta ejemplar y por un perro que mate mataperros me llamaron Quiero volver a tener mis cinco estrellas y si no me las merezco no las quiero pero a este fopro le e dedicado lo que muchos no an podido ni an sabido darle siendo mas veteranos que yo. Y ESTOY DOLIDO POR QUE NUNCA ME HABIA PORTADO MAL CON NADIE kike

Me pensaba que este video no calara tan fuerte en tantos compañeros estoy muy orgulloso de que compartais los mismos gustos que yo. kike

hola compañero no entiendo la pregunta, que me quieres decir que e echo con el invento, o como me echo el invento kike

http://www.pekegifs.com/gracioso/lonuncavisto.htm Que lo disfruteis kike

El origen de la palabra FUCK Este término inglés que todos conocemos bien se acuñó en una época donde las relaciones sexuales estaban permitidas con la venia de los REYES en Inglaterra donde en las casas se poní­a un cartel y significaba lo siguiente: F: fornication U: under C: consent of the K: king Más chulo que un ocho Se trata de una expresión muy castiza, antiguamente en Madrid cuando aún habí­a tranví­as, era el tranví­a número 8 el que llevaba a los chulapos y chulapas a la verbena. Este es el origen de la expresión. Salvarse por los pelos Antiguamente muchos marineros no sabí­an nadar. Era costumbre que se dejaran el pelo largo para que si caí­an a la mar los agarraran "por los pelos" para salvarlos. De aquí­ vienen el orí­gen de esta tan conocida expresión. ¿De dónde viene el nombre de Paco? Resulta que San Francisco de Así­s era el "Pater Comunitatis", es decir, el padre de la comunidad de hermanos o prior. Si tomamos la primera sí­laba de cada palabra tenemos el famoso Pa Co. S.O.S. significa... La llamada de socorro S.O.S. corresponde a las iniciales de Save Our Souls (Salvad Nuestras Almas), y se hizo famosa porque la emplearon los pasajeros del Titanic en su hundimiento. Pedí­an que se salvasen sus almas porque todo lo demás estaba perdido. ¿Por qué cuándo estornudamos decimos Jesús? En la antigí¼edad se creí­a que las personas poseí­an malos espí­ritus en su interior. De esta forma, cuando se estornudaba se pensaban que los expulsaban, para que el cuerpo quedase en calma se decí­a Jesús. De dónde viene la expresión: quedarse sin blanca. La blanca era una moneda castellana de plata, que se acuñó por primera vez en tiempos de Pedro I (1334-1369). Irse de picos pardos El origen de esta expresión viene de la edad media, cuando a las prostitutas se les obligaba a llevar en las vestiduras un trozo de tela en forma de pico y de color marrón o pardo, de ahí­ que se diga "irse de picos pardos".. nNo se quien lo a escrito

Esta tema hace tiempo que yo lo seguia y salio a la luz. yo no voy a poner la fotografia por que me pongo enfermo pero hay lo sucedido. Un hombre blanco perfectamente bien alimentado observa cómo una niña africana se muere de hambre ante la mirada expectante de un buitre. El hombre blanco hace fotos de la escena durante 20 minutos. No es que las primeras no fueran buenas, es que con un poco de colaboración del ave carroñera le salí­a una de premio, seguro. Niña famélica con nariz en el polvo y buitre al acecho: bien; no todos los dí­as se conseguí­a una imagen así­. Pero lo ideal serí­a que el buitre se acercara un poco más a la niña y extendiese las alas. El abrazo macabro de la muerte, el buitre Drácula como metáfora de la hambruna africana. ¡Ésa sí­ que serí­a una foto! Pero el hombre esperó y esperó, y no pasó nada. El buitre, tieso como si temiera hacer huir a su presa si agitara las alas. Pasados los 20 minutos, el hombre, rendido, se fue. No se deberí­a de haber desesperado. Una de las fotos se publicó en la portada de The New York Times y acabó ganando un premio Pulitzer. Pero incluso así­ se desesperó. Y mucho. El hombre blanco era un fotógrafo profesional llamado Kevin Carter. A los dos meses de recibir el premio en Nueva York se suicidó. Hay dos preguntas. La primera, ¿por qué se suicidó? La segunda, ¿por qué no ayudó a la niña? La respuesta a la primera es relativamente fácil. La respuesta a la segunda es más interesante. Remontemos. Kevin Carter nació en Suráfrica en 1960, dos años antes de que Nelson Mandela empezara su condena de 27 años de cárcel. Al llegar a la adolescencia empezó a entender que ser blanco en Suráfrica significaba ser una de las personas más privilegiadas de la Tierra y, al mismo tiempo, cómplice de una atroz injusticia. Cumplidos los 24 años, Carter descubrió que el periodismo era el terreno donde librarí­a su guerra particular contra el apartheid. Comenzó su carrera en 1984, cuando las poblaciones negras en las periferias de las grandes ciudades -como Soweto, que estaba al lado de Johanesburgo- se convirtieron en campos de batalla. Jóvenes militantes negros, cuya única fuerza residí­a en su ventaja numérica, lanzaban piedras a los policí­as y a los soldados, que respondí­an con gases lacrimógenos, balas de goma o balas de verdad. Cientos murieron, miles fueron encarcelados. Soweto ardí­a, y allá, casi permanentemente instalado, estaba Carter, fotógrafo novato de The Johannesburg Star, expiando su culpa. La gran ironí­a de la historia reciente de Suráfrica es que cuando salió Mandela de la cárcel en 1990, cuando empezó el proceso de paz que condujo cuatro años después a la democracia, se desató una violencia mucho mayor. Durante casi la totalidad de aquellos cuatro años, Soweto y otra media docena de poblaciones negras en los alrededores de Johanesburgo vivieron una anarquí­a asesina demencial, nutrida por opositores al proyecto democrático, en la que murieron unos 12.000. Allí­, una vez más, estaba Carter. Todos los dí­as. Se presentaba temprano por la mañana a los campos de la muerte, como se presentan los oficinistas a sus lugares de trabajo. Yo también me presentaba allí­, pero con menos frecuencia y más tarde. Siempre que llegaba a estos lugares, en pleno tiroteo o minutos después de una masacre, ahí­ veí­a a Kevin Carter, sudado, polvoriento, bolso sobre el hombro, cámara en mano. A él y a sus tres amigos fotógrafos, Ken Oosterbroek, Greg Marinovich y Joí£o Silva. Les llamaban a los cuatro “el Bang Bang Clubâ€. Hací­an fotos espeluznantes y se exponí­an a peligros extraordinarios. Yo habí­a llegado a Suráfrica en 1989 tras seis años cubriendo las guerras de Centroamérica. Vi pronto que daba mucho más miedo estar en 1992 en un lugar como Tokoza o Katlehong, a escasos kilómetros de Johanesburgo, que en 1986 en los frentes del oriente de El Salvador o el norte de Nicaragua. Porque en los lugares donde los negros, animados por los blancos, se masacraban podí­a pasar cualquier cosa en cualquier momento y en cualquier lugar. Con un Kaláshnikov, una lanza, un machete o una pistola. Ahí­ trabajaba Carter. Ahí­ se pasaba desde las cinco de la madrugada hasta el mediodí­a haciendo fotos de gente matando y de gente muriendo. Para poder hacer ese trabajo es necesario blindarse, armarse de una coraza emocional. No se puede responder a lo que uno ve como un ser humano normal. La cámara funciona como una barrera que lo protege a uno del miedo y del horror, e incluso de la compasión. Carter y sus tres camaradas dormí­an poco, además, y consumí­an drogas de todo tipo. Pasaban sus dí­as y sus noches en un acelere mental y en un estado de anestesia emocional casi permanentes. Si se hubiesen detenido un instante a reflexionar sobre lo que hací­an, si hubiesen permitido que los sentimientos penetraran la epidermis, habrí­an sido incapaces de hacer su trabajo. El entorno era alocado, pero el trabajo era importante. Si se hubieran quedado en sus casas o se hubieran expuesto a menos peligro, habrí­a habido más muertos, menos presión polí­tica para acabar con la violencia. Ésta era la contribución de Carter a la causa de sus compatriotas negros. En marzo de 1993 se tomó unas vacaciones de Tokoza y Katlehong y se fue a Sudán. Ahí­, apenas aterrizar, es donde vio a la niña y el buitre. Respondió con el frí­o profesionalismo de siempre. No habrí­a podido elegir otra manera de actuar. Estaba programado, anonadado. El único objetivo era hacer la mejor foto posible, la que tuviera más impacto. Ahí­ empezaba y terminaba su compromiso. La lógica era muy sencilla: si hací­a una foto potente, se beneficiarí­a a sí­ mismo, pero también ampliarí­a la sensibilidad de los seres humanos en lugares lejanos y tranquilos, despertando en ellos aquella compasión -precisamente- que en él estaba necesariamente adormecida. Por eso no hizo nada para ayudar a la niña. Porque si la hubiera ayudado, no habrí­a podido hacer la foto. Porque habí­a llegado al lí­mite de sus posibilidades. El problema era que la gente normal, empezando por su propia familia, no lo entendí­a. Fuera donde fuera, le hací­an la misma pregunta. “Y después, ¿ayudaste a la niña?â€. Se convirtió en un agobio, una pesadilla. Los únicos que no le hací­an la pregunta, porque para ellos no era necesario hacerla, eran los amigos del Bang Bang Club. En abril de 1994 le llamaron desde Nueva York para decirle que habí­a ganado el Pulitzer. Seis dí­as después, su mejor amigo, Ken Oosterbroek, murió en un tiroteo en Tokoza. Toda la emoción reprimida a lo largo de cuatro años salvajes explotó. Carter se quedó destruido. Lloró como nunca y lamentó amargamente que la bala no hubiera sido para él. El mes siguiente voló a Nueva York, recibió el premio, se emborrachó, incluso más de lo habitual, y volvió a casa. La guerra se habí­a terminado. Mandela era presidente. Suráfrica tuvo su final feliz, pero la vida de Carter dejó de tener mucho sentido. Quizá en parte porque el peligro de la guerra habí­a sido su droga más potente, la que le habí­a creado mayor adicción. Siguió trabajando, pero, perseguido por la muerte de su amigo y -ahora que se habí­a quitado la coraza- la angustia moral retrospectiva de la escena con la niña sudanesa, se hundió en una profunda depresión. No podí­a trabajar, o si lo intentaba, caí­a en errores absurdos. Llegaba tarde a entrevistas, perdí­a rollos de fotos que ya habí­a hecho. Y tení­a problemas en casa: deudas, desamor... El 27 de julio de 1994, exactamente tres meses después de las primeras elecciones democráticas de la historia de su paí­s, Carter se fue a la orilla de un rí­o donde habí­a jugado cuando era niño, antes de que supiera lo que era el apartheid, el sufrimiento, la injusticia. Y ahí­, por fin, dentro de su coche, escuchando música mientras inhalaba monóxido de carbono por un tubo de goma, logró la paz, la anestesia final de la muerte.

Ese hombre fue un perdedor desde su mas tierna infancia, perdió muchas veces, como quien transpira , el amor que corrí­a por sus venas, trato de juntar sus pedazos cada vez, pero nunca era el mismo, volví­a otro, retornaba diferente en cada estocada, a veces sentiase morir, y luchaba por seguir viviendo aun con la desesperación que cubrí­a sus sentidos, en varias oportunidades creyó que esta si era la ultima vez, pero seguí­a, seguí­a y se volví­a otro, a veces muchos diferentes, a veces tantos que ya ni siquiera el sabia quien era, como era, para que era, era? se preguntaba, en otras oportunidades, que es ser, quien soy, por que? se preguntaba y preguntaba a los libros que leí­a con fruición, devoraba a sus iguales en penas con pasión sobrecogedora, los imitaba, copiaba sus palabras, recordaba cada una de sus citas y ni siquiera usaba comillas porque se desdibujaba su condición hasta no saber quien era quien. Su vida así­ iba durando, a veces cansado de llevarse puesto, otras creyendo tener los saberes del universo, otras tantas apropiándose de otros saberes por decantación, otras absorbiendo el saber de los demás que el tenia negado, hasta se hizo llamar genio de tanto temor que tenia a no ser querido sin serlo. Se nutrió de almas gemelas y otras almas no tan buenas le sacaron su caballerosidad, no era simple o era demasiado simple... me hace pensar su simpleza la pobre manera que se apropiaban de su voluntad voluntades mas fuertes que le decí­an que cosas debí­a y no debí­a hacer, el pobre hombre siempre se disfrazo con el querer, si no quiero repetí­a como un loro aprendiendo las malas palabras no lo hago, como si lo que hacia queriendo no fuera lo que otros querí­an por el...me da aun mucha pena recordarlo, por que sigue así­, a pesar de ser cada dí­a uno diferente, es victima de sus propios cambios, flujos y reflujos de las vicisitudes de su vida. Hoy mira triste por la ventana de su trabajo, que no quiere tener, pero debe...va corriendo de su trabajo a la facultad para obtener un titulo que no se si quiere pero debe por que ya lo llaman como profesional a quienes a engañado con su sabiduria, corre luego a su casa que no es su casa porque debe llegar temprano para que no le cierren la puerta, debe hablar por teléfono publico porque no lo dejan de la lí­nea que no es de el y dice no gustarle hablar, claro así­ a quien le gustarí­a, corre luego a hablar de lo que quisiera a alguien que le muestra un titulo habilitarte para decirle lo que debe hacer para su bien, corre a no querer amar , cuando deberí­a amar, o dejarse amar y así­ su vida se le va yendo entre debes y quieres sin querer...experimento una gran sensación de bienestar al darme cuenta que es asi ese hombre, el otro el que yo amaba fue una entelequia de mi mente, no existe, fue inventado por mi, ya no ,ya no amo pero no estoy sola, estoy conmigo misma, feliz de no querer amar a un fantasma, no porque el no quiere sino , porque fue descubierto en su disfraz, se disfraza siempre porque debe rendir homenaje a lo que siempre y nunca pudo ser UN HOMBRE. Rosana fernandez kike

Para mi los de BUM,BUM BUM,ÑIAUUUU a 300km estos los que me gustan kike

Suelo montar en N-9 cuando necesito alcanzar una distancia mas larga, lo monto pero con el emerillon abajo y el bait clip arriba kike

Despues de la tormenta siempre llega la calma pero se que despues de ti no hay nada para que me juraste cuando estaba herido si hoy me dejas de nuevo el corazon partido Alejandro saiz kike

Dios enhorabuena por la clasificacion a ti y a todos los compañeros del club campos y club cias suerte kike

Hay tienes toda la razon normalmente donde compras el hilo suelen tener para rellenado de bobinas. yo muchas veces necesito hacer tres puentes y hacer nudos de sangre y con mi artilujio me va muy bien. kike

Paco estos chanbeles que tu mencionas son los que se utilizan en embarcacion cuando vas al roquero. Uno de los problemas que dan es cuando los as utilizado en diez o doce caladas (lanzadas) se hacen unos lios espantosos. kike

Lo de dejar la gameta por un lado de la patilla u otro a mi en particular nunca me a dado problemas por que simpre e pasado los cevos con agujas por la gameta no por el anzuelo y el problema de que una pieza te parta no es por el empatillado de ponerlo a un lado u otro suele ser por que viene el anzuelo clavado dentro de la boca y el pez en los dientes tiene el pelo. kike

Yo me monte este con una caña vieja que tenia kike

Bueno yo tambien dire que me alegro jejeje que va paco estoy contento de que estes aqui para mi nunca te fuiste. Como me lo voy a pasar esta temporada dandote caña en cronicas jejeje kike

Que os da mas confianza a la hora de pescar los bajos con urfe o con rotoperla. y los pros y los contras que obserbais en ellos kike

Yo una vez lo deje ....encima de la mesa y tube que venir a buscarlo: es broma Yo fumaba rubio cuatro cajas cajas cada dia y decidi fumar tabaco negro que te llena mas y no fumas tan continuo, ahora fumo dos cajas y media por dia algunas veces tres. Nunca e intentado dejarlo. guayo me alegro por ti yo se que el tabaco es malo y ojala nunca buelvas a fumar. kike

tio pues de una pagina de feministas tiene guasa la cosa kike

Y que cumplas muchos mas kike

enharabuena por las capturas. Me parece que el plomo lleva el escudo del madrid, si no no es posible jejeje kike