Pues no querias café pues dos tazitas.
La Roma Imperial estableció la normativa de que la carne fuera expendida solo en establecimientos dedicados exclusivamente a ello, dando origen a las carnicerías primitivas. Aunque la costumbre de comer carne aún tardo bastante tiempo en generalizarse, debido a numerosos "tabúes religiosos". Vaca y Caballo sin ser animales sagrados, no estaba permitido su sacrificio para comerlos; de ahí la ausencia de recetas culinarias que nos los refieran, otro caso curioso eran los toros y los novillos, si la autoridad tenía noticia de su matanza, se perseguía al infractor de la ley, se le detenía, juzgaba y se le condenaba a muerte. Los infractores de de sacrificar Vacas y Caballos, eran condenados a galeras con penas nos inferiores a 10 años. Del Cerdo se sabe que era un animal al que se mantenía alejado de las urbes; en villas y quintas eran criados y cuidados por los masoveros de acaudalados mercaderes, patricios y aristócratas, consumiéndose preferentemente en aquellos lugares alejados de la corte. A pesar de tanto impedimento legal, había un cierto consumo, encubierto a través de las liturgias sagradas del momento; esto era que en el momento de sacrificar como acto de ofrenda un animal -que se elegía entre los mejores de los ganaderos sin cobrar un céntimo por ello-, a uno de los dioses a este se le ofrecía sus atributos sexuales fuera hembra o macho. El resto se vendía a las primitivas carnicerías para consumo del pueblo a precios que establecían los sacerdotes que mayormente eran altísimos o en su defecto se regalaban a la aristocracia patricia. Con el arraigo de las carnicerías se popularizo el consumo de la carne, siendo la más solicitada la de Cerdo. Las calidades de la carne de Cerdo dependía de la dieta del animal, así como los precios de las mismas, siendo la más cara la del animal que había sido alimentado con bellotas, frutas y verduras.