La policía de Warminsko-Mazurskie (noreste de Polonia) acabó con las fechorías de Marcin, un adolescente de trece años que se había convertido en una pesadilla para los agentes tras robar dos Mercedes de gama alta, un tractor, un sillón y un bolso.
Marcin decidió que le gustaba el Mercedes aparcado en la tienda de muebles de su ciudad, así que aprovechó que su dueño estaba pagando un sofá para arrancarlo y salir a gran velocidad, mientras que el propietario miraba atónito como desaparecía su coche y el sillón.
Horas después, el singular ladrón se cansó del vehículo y decidió dejarlo abandonado en un polígono industrial. Después, se limitó a llamar un taxi y regresó a casa, aunque cuando tocaba abonar la carrera se marchó corriendo sin pagar.
Días antes, Marcin robó otro Mercedes deportivo y lo condujo por carreteras secundarias hasta que se agotó la gasolina y lo dejo en la cuneta.
Para regresar a su casa, este adolescente polaco tomó prestado un tractor y se dirigió lentamente hacia su ciudad, con una tranquilidad más propia de un delincuente profesional que de un chaval.
La policía sospechaba de Marcin desde hace semanas, cuando el chico fue sorprendido mientras robaba el bolso de una clienta en un autoservicio. Ahora el joven polaco deberá comparecer ante el juez de menores.