Hola, colegas, hemos estado unos días peleados con la informatica, por lo que hay varias historias que contaros:
Bueno, pues esta historia es de mar y montaña.
Estábamos hace unos días pescando con nuestra habilidad de costumbre a unas cinco-seis milla de la costa cuando nos sacó del letargo habitual, un averío de gaviotas.
Nuestros corazones saltaron de alegría y alborozo pues los pajarracos son señal de actividad pesquera. Nos acercamos con toda la artillería dispuesta, prestos a singular combate.
Situados a una distancia prudente, vimos que de pescado nada, como de costumbre. Las muy bandidas tenían acorralado a un pobre gorrioncillo. Una de ellas lo consiguió derribar al agua, lanzándose varias a por él, una lo agarró y otra se lo arrebató. Os aseguró que estábamos animando al pobre pájaro y maldiciendo a sus salvajes agresoras.
En medio del follón remontó el vuelo como pudo y se dirigió hacia nostros, os juró que nos miró a los ojos, mientras se dirgía hacia el barco, ven, ven, le animábamos enmedio del griterío de las p.. gaviotas.
Pués bien, a durás penas pudo colarse en la cabina del barco, para esconderse detras de la sonda, sus perseguidoras llegaron hasta un metro de la popa, nunca las he visto tan de
cerca, nos quedamos con las ganas de arrearles unos buenos palos.
Continuamos con la pesca, y a la vuelta a puerto, dejamos el pajarito en tierra firme, supongo que sin ganas de volver al mar, aúnque como dice la canción,según el Sabina, hay amores que matan