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Posible jubilacion del explorer
carcharodoncarcharias ha respondido a mojahilos en un tema en el foro de Charla de pescadores
Dark: Gracias por los plug ins. Ya los estoy bajando. -
Posible jubilacion del explorer
carcharodoncarcharias ha respondido a mojahilos en un tema en el foro de Charla de pescadores
¿? Vale lo del enlace en cristiano. Eso de html, ccs etc etc me pone el coco a echar humo... Saludos -
nueva forma de reciclaje
carcharodoncarcharias ha respondido a mojahilos en un tema en el foro de Charla de pescadores
Epa! Que me mandéis unos cuantos casquitos acá, es más cerca que el sudeste asiático en el índico, os lo digo en serio! Hay que vivir hoy para pensar en el mañana, ¿No es cierto? -
Posible jubilacion del explorer
carcharodoncarcharias ha respondido a mojahilos en un tema en el foro de Charla de pescadores
¿Cuáles links? Los del foro, correos y libro de visitas. (Qué olvidadizo soy) -
Posible jubilacion del explorer
carcharodoncarcharias ha respondido a mojahilos en un tema en el foro de Charla de pescadores
Un ejemplo de web donde el mozilla no me detecta algunos links, por si alguien me puede ayudar: www.elanzuelo.com -
Posible jubilacion del explorer
carcharodoncarcharias ha respondido a mojahilos en un tema en el foro de Charla de pescadores
Después de usar el Mozilla un poquitico, me percato que a los diseñadores les falta aún por trabajar bastante para mejorarlo y compararlo con el Explorer de Gates. - No se pueden enviar páginas web por correo con fondo HTML. Sólo tiene la opción de enviar los hipervínculos. - No puedo trabajar off line, como con el explorer. No sé si es un problema de configuaración o del navegador. - Algunos hipervínculos de determinadas páginas no son reconocidos por el navegador. Les pasas por arriba con el mouse y este no los detecta. Por otra parte, el service pack 2 de Windows Xp corrige muchas de las fallas de seguridad detectadas y le brinda más velocidad y estabilidad al sistema del Explorer. De todos modos, es una alternativa nada despreciable, que estoy seguro seguirá mejorando. -
nueva forma de reciclaje
carcharodoncarcharias ha respondido a mojahilos en un tema en el foro de Charla de pescadores
¿No tenéis unos casquitos de esos que hablan para mandárnoslos? Serán bien recibidos!!! a ver si nos ayudan las peseticas que paguéis!!! -
Posible jubilacion del explorer
carcharodoncarcharias ha respondido a mojahilos en un tema en el foro de Charla de pescadores
Yo también lo hice, copiando de Uds la iniciativa. Pero ahora me sucede que en algunas páginas no se captan los links: le pasas el cursor por arriba y como si no fueran links o hipervínculos, sino sólo texto. ¿Será que he hecho algo mal???? -
Chiste guarrillo
carcharodoncarcharias ha respondido a VORAZ en un tema en el foro de Charla de pescadores
Me gustó el de Pirata. Uno se ríe, pero le puede suceder a cualquiera, pienso yo. Cuando algo así nos sea propuesto, debemos negarnos rotundamente. El famoso "dolor de cabeza" estaría bien para comenzar... -
Hola, Pirata! Me sumo a la felicitación. Añado a tus deseos el de las buenas capturas.
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Ayuda sobre la marca Cormoran
carcharodoncarcharias ha respondido a carcharodoncarcharias en un tema en el foro de Charla de pescadores
Gracias nuevamente, Pepefran! -
Ayuda sobre la marca Cormoran
carcharodoncarcharias ha respondido a carcharodoncarcharias en un tema en el foro de Charla de pescadores
Hola Pepefran! Gracias por responderme. Ahora veo aclaradas algunas de mis dudas. Tiene razón cuando plantea que dejé algo por describir sobre los datos que aparecen en la caña. Efectivamente, el modelo de la caña es Cormoran Black Star CM. Sin embargo, no tiene las iniciales que especifican la acción para la que fue construida. Me la regaló un amigo alemán que visitó Cuba para pescar y que le resulta complicado llevar de vuelta la caña a su país, y nunca la he usado. A continuación le envío mi dirección postal y nombre por si considera oportuno enviarme el catálogo del que me habla. Fabio José Raimundo Paz. Laboratorio Central de Minerales (LACEMI) Prolongación de Calzada de Gí¼ines entre Línea del Ferrocarril y Virgen del Camino, Municipio San Miguel del Padrón, Ciudad de la Habana, Cuba. Gracias nuevamente! -
Hola Amigos! Hoy escribo solicitando ayuda. Me han regalado una caña marca Cormoran, Modelo CM. Tiene 2,7 m de longitud y un casting weight de hasta 80 g. Nunca había oido mentar esa marca, pero quien me la regaló asegura que es bastante buena, que incluso lleva algún componente de titanio (que yo no aprecio por ningún lado). Tampoco trae manual de usuario y no sé cómo extraerle más provecho para la pesca a fondo con caña y el jigging, que son las modalidades que más practico por acá. ¿Alguien la conoce? ¿Existe en la web alguna referencia en castellano, ingés o ruso que pueda ser consultada al respecto? ¿Cuán buena es?, digo, ¿Se puede confiar en ella para especies de tallas entre 5 y 20 Kg? Saludos,
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carcharodoncarcharias ha respondido a Karkamaal en un tema en el foro de Charla de pescadores
Qué bién, parece que ya no soy tan burro como ayer! -
Servidor externo de imagenes
carcharodoncarcharias ha respondido a Karkamaal en un tema en el foro de Charla de pescadores
Yo también quiero probar!!!! Ahí va una foto del engendro que uso para sacar las líneas mar afuera desde la orilla. -
DOCUMENTOS,,T.V.
carcharodoncarcharias ha respondido a gorrion en un tema en el foro de Charla de pescadores
No es moral. Tienes razón, Gorrión. Los mercaderes, con tal de hacer negocios, son los que incitan a los pescadores, como regla hombres humildes y necesitados (al menos en mi país) a pescar cualquier cosa que ellos puedan vender como una "delikatessen". Pagan astronómicas cifras por especies que luego son compradas mucho más caras y consumidas por extravagantes que no saben qué hacer con el dinero. Si los gobiernos prohibieran la venta de este tipo de cosas, entonces, ¿Para qué pescarlas? La idea es: Si lo pescas, lo consumes, pero no lo conviertes en dinero. Creo que eso frenaría algo el abuso que actualmente se comete con muchas especies. -
para todos los foreros
carcharodoncarcharias ha respondido a mojahilos en un tema en el foro de Charla de pescadores
Felicidades para todos los foreros de pescameditarraneo2. Que vuestros deseos se cumplan al 100% -
Dos días en Caleta Buena
carcharodoncarcharias ha respondido a carcharodoncarcharias en un tema en el foro de Charla de pescadores
Hola, Karkamaal! No creo que este relato dé para tanto, como para incitar un apartado de relatos en la página principal. Pero estoy seguro que muchos otros foreros sí podrán aportar magníficas experiencias contadas en forma de relato. Como vos sos el moderador, lo dejo a tu consideración, por si acaso no sale como esperamos Un saludo, Fabio -
Dos días en Caleta Buena
carcharodoncarcharias ha respondido a carcharodoncarcharias en un tema en el foro de Charla de pescadores
Sí, lo es. Son vistas tomadas desde dentro de la ensenada, cuya boca puede apreciarse en la primera foto. Bueno, el pesquero "mio" está alrededor de 100 m, hacia el oeste, considerando que esta magnífica foto ha sido tomada desde el sur. Gracias -
Hola! Felicidades en este nuevo año 2005! Espero que sea provechoso para todos, en especial para nosotros, los pescadores aficionados. Aquí traigo una anécdota reciente, de esas que exigen un gran esfuerzo para ser leídas (se lleva seis páginas). Si tienen tiempo y deseos, está a su disposición. Como todavía no tiene copyright, confío en la buena fé de todos los foreros . Espero que les guste pues la he escrito especialmente para los compañeros de pescamediterraneo2. Saludos, El tema de la pesca es recurrente en mis sueños. A veces, cuando me acuesto, me percato que aún antes de dormirme ya estoy “soñando despierto†con la pesca. Muchos de estos sueños consisten en fantásticas aventuras de pesca donde los protagonistas principales somos mi hijo y yo. Al despertar de un sueño donde la pesca ha sido la idea central, mi humor es mucho mejor, mis relaciones con las personas que me rodean son más distendidas y el día, como regla, me transcurre más alegre. Llevaba más de un mes preparando una salida de pesca con mis compañeros de trabajo y soñando con ella. Por una razón u otra, la fecha de salida se iba retrasando de una forma que ya empezaba a afectar mi estabilidad emocional. Soy un “animal†hecho a respetar horarios y programas bastante rígidos, y las frecuentes posposiciones de la fecha de la salida me molestaban y hacían sentir irritado. La última fecha propuesta para la salida era el domingo 26 de Diciembre, aprovechando que las actividades laborales en la empresa donde trabajo habían recesado temporalmente. Aparentemente lo habíamos preparado todo. Saldríamos el domingo, para regresar el martes 28. El día de 24 horas para un pescador deportivo de orilla consiste en tres jornadas: mañana, tarde y noche. Nosotros pasaríamos dos tardes, dos noches y una mañana en un pesquero situado a ocho Kilómetros de Playa Girón, denominado “Caleta Buenaâ€. A pesar que los integrantes de nuestro Grupo de Pesca somos personas humildes, el transporte estaba garantizado: un furgón Ford Cube Van nos llevaría. Es un vehículo muy confortable para la transportación de pescadores aficionados, a pesar de haber sido diseñado para el transporte de carga. Es espacioso, silencioso, se desplaza muy rápido y por su fortaleza, apto para transitar por caminos agrestes como los que abundan en la zona de Playa Girón. La comida también se había garantizado con el aporte de cada uno. Se recogieron 20 pesos por persona y cada pescador debía aportar una libra de arroz, una cebolla, una cabeza de ajo, media libra de azúcar, una onza (28 g) de café en polvo. El dinero serviría para comprar pan, frijoles, aceite, huevos y algo de mortadela. Cada pescador debía llevar el resto de los alimentos que necesitara consumir, pues con las provisiones centralizadas que habíamos reunido podríamos organizar sólo dos cenas ligeras y un almuerzo más ligero todavía. Desde el día anterior a la salida acondicionamos el furgón: le situamos un gran banco de madera en el centro y dejamos el espacio suficiente para colocar dos hieleras grandes, un tanque con 200 l de agua fresca y los avíos de pesca de todos los integrantes del grupo. El grupo de pesca esta vez estaba integrado por once personas, incluyendo el chofer, que nos acompañaría todo el tiempo. Entre ellos estábamos mi hijo y yo. Fuimos los primeros el llegar al lugar de reunión, de donde saldría el furgón a las 8.00 Hrs del 26. Eran las 6.00 Hrs y los comercios permanecían cerrados. Sólo los ladridos de algunos perros callejeros rompían el silencio de la mañana del Domingo. En lo que llegaba el resto de los pescadores, fuimos a buscar el hielo. Compramos dos grandes piedras de dos arrobas cada una. Esta vez el hielo no nos faltaría. Mientras lo colocábamos en las hieleras, llegó el resto de nuestros compañeros. ¡Al fin todo estaba preparado!. Salimos a las diez de la mañana, con dos horas de atraso en nuestro programa. Mis compañeros conversaban alegremente, recordando nuestras casi infructuosas salidas de pesca de veces anteriores al mismo lugar hacia el cual nos dirigíamos. Veníamos conversando también sobre esta salida de pesca, que es la primera de la temporada 2004 – 2005 de nuestro campeonato anual por equipos e individual y las expectativas de cada cual sobre los anunciados premios (casas de campaña, bolsas de dormir, cañas, carretes, linternas, etc) que las finanzas del Grupo permitirán comprar durante el 2005 a partir de los aportes de los afiliados y contribuciones de terceros. Yo iba absorto en mis pensamientos, como casi siempre me ocurre cuando voy de pesca. “He asumido este torneo –pensaba- más que como una simple competencia, como la oportunidad de adquirirle a mi hijo una casa de campaña y avíos nuevos, si ganoâ€... y me acordaba de un cuento de Jack London sobre un boxeador mexicano que combatía por dinero para comprar rifles para el ejército del Padre Morelos... (salvando las distancias, claro). He hecho una “autodefensa†ante los sentimientos de frustración que embargan al pescador deportivo que concurre varias veces al mismo pesquero y siempre se marcha con las manos casi vacías. El pesquero “Caleta Buena†es una franja de arrecifes de cincuenta metros de ancho que se extiende a 8 Km de Playa Girón. La carretera fluye a lo largo de la costa sur de Cuba, a escasos setenta metros de la orilla del mar y veinte de la franja de arrecifes y está separada de estos por una cadena de vegetación de costa, compuesta por improductivas uvas caletas y pequeños arbustos de hicacos. Mientras más “fracasos†acumulo en las frecuentes visitas que realizo a este pesquero, más estudio sus características y me convenzo que el mismo posee todos los atributos que hacen de él un buen lugar para la pesca desde la orilla. Alejado de la población urbana más cercana, no es muy visitado por pescadores deportivos. Colinda hacia el este con un centro de buceo para turistas, donde la pesca está prohibida. El lugar donde se encuentra este centro ocupa una pequeña ensenada que protege las aguas de esta del oleaje que pueda haber en la costa. Al fondo de la ensenada existe una pequeña playa de cantos rodados, donde desembocan pequeñas cantidades de agua dulce de la Ciénaga de Zapata que fluye hacia el mar en época de lluvia. Hace cerca de tres años que como resultado del paso del huracán Michelle por esta zona, la salida de agua dulce al mar se ha cerrado, pero la playa se conserva y la tranquilidad de sus aguas ofrece un ocasional refugio seguro a cardúmenes de sardinas y pequeñas mojarras. El pesquero se encuentra casi a la boca de esta ensenada, por lo que presumo que frente a él deben desplazarse las especies que se alimentan de los cardúmenes que se esconden en las aguas de la ensenada de Caleta Buena, donde está el centro de buceo. La corriente es relativamente intensa en esta zona. Fluye hacia el oeste, o sea, hacia el interior de Bahía de Cochinos. En otras oportunidades he observado tiburones y hasta delfines que nadan a favor de la corriente a sólo cientos de metros de la orilla, como solazándose al sol y disfrutando de ese natural “surfingâ€. Mis escasas observaciones submarinas del lugar, realizadas en verano y en tiempos de calma me han permitido determinar que la profundidad en la misma orilla es considerable: en lugares, mayor de diez metros. Sin embargo, la pendiente hacia el veril de la plataforma es suave, por lo que la profundidad a los 100 metros de la orilla no sobrepasa los 50 - 60 metros. En este pesquero pude observar en el año 2001 una “arribazón†de pargos de 10 libras, todos igualitos; parecían clones de un sólo individuo. A lo largo de la orilla en ocasiones transitan enormes meros de más de 20 libras, nadando en dirección a la prohibida ensenada. La salinidad del agua no es extremada, al igual que su temperatura. El nivel de oxígeno, bastante elevado, como se puede juzgar por el tiempo que algunos pequeños y medianos ejemplares de ronco que frecuentemente capturo como carnada pueden pasar vivos en pequeñas oquedades incomunicadas llenas de agua de mar que se forman en la orilla de los arrecifes. El fondo del mar en esta zona es también muy variable, brindando diferentes escenarios al gusto de cualquier pescador. Existen zonas de ceibadales cubiertos de pequeñas algas; existen fondos rocosos formados por gigantescas lajas de piedra lisa, habitadas sólo por gorgonias, musgos, esponjas y abanicos de mar. Existen también algunos “cabezos†o promontorios de piedra que se supone sirvan de refugio a peces de diferentes tamaños. Vaya, que uno tiene para escoger... Y si todo esto es así, entonces, ¿Por qué tantos fracasos acumulados en este pesquero? Y ahí viene mi “autodefensaâ€: se lo achaco a la teoría de las probabilidades y la “inexperiencia†de los pescadores que conforman nuestro grupo. De acuerdo a la primera causa, entonces ya debe estar llegando el día en que se produzca una “explosión†de capturas en este pesquero. Es por eso que he decididoo que esta vez no pasaré ni un segundo sin tener al menos dos “líneas mojadas†permanentemente. De acuerdo a la segunda causa, he estado trabajando intensamente en perfeccionar mis métodos de pesca desde la orilla. ¡Vamos a ver cómo resulta en esta salida! Llegamos a las cuatro de la tarde. El mar, inusualmente calmado, proporcionaba una vista incomparablemente hermosa y poco usual: Hasta donde se extendía el horizonte se podía observar una tranquilidad absoluta de la superficie, solo rota ocasionalmente por círculos concéntricos formados por la caída al agua de un insecto o el asomo de algún ejemplar marino. Lo más curioso de todo es que a 4 – 5 metros sobre el nivel del mar soplaba un viento del norte algo fuerte, pero que no incidía en el magnífico espejo de agua. ¡Mal presagio!. Si “a mar revuelta ganancia de pescadoresâ€, entonces, ¿Qué será de nosotros hoy, con esta calmaâ€? Mientras yo desempacaba nuestras cosas, mi hijo comienza a hacer algunos lances con su caña. Traíamos como carnada algunos agujones que le había regalado un amigo, y unas lombrices que aquí llamamos “bicho esponjaâ€. Son verdes y están llenos de un líquido oscuro de un olor fuertísimo a marisco, que cuando uno las pincha con el anzuelo y las lanza al mar es sentido por los peces a cientos de metros a favor de la corriente. La competencia había comenzado. Ni siquiera el “bicho esponja†daba resultado. Por suerte, el paisaje comenzó a cambiar paulatinamente. El cielo se nubló y ya el aire comenzaba a incidir sobre la superficie del agua mientras pequeñas olas en forma de leva (olas sin cresta) se alejaban de la orilla (el aire soplaba de la tierra al mar con alguna fuerza). La picada no se hizo esperar, y en las cañas y líneas de todos los miembros del grupo comenzaron a aparecer las capturas. Pequeñas, por debajo de las tallas mínimas, pero que servirían para ir acumulando la escasa carnada para cuando cayera la noche. Yo también saqué algunos ejemplares, y al filo de las seis de la tarde decidí soltar mi primer “vivoâ€. Escogí un ronco de 20 Cm de longitud que nadaba vivamente en la pocita donde lo había enclaustrado y lo fijé con un anzuelo No. 7 a un leader de 2 m de largo de hilos de acero trenzado. Esta vez no me pasaría que una presa grande se tragara todo el leader, dejándole la oportunidad de cortar la línea madre de una dentellada. El leader va unido a la línea madre por medio de un sacavueltas de bronce. A cinco metros del anzuelo coloqué un par de condones hinchados de aire, que sirvieran para impedir que el cebo nadara hasta el fondo, encuevándose y al mismo tiempo les sirvieran de “vela†para facilitar su nado hacia el mar adentro. Para cuando se explotaran los condones, coloqué un pequeño pedazo de poliuretano expandido o poliespuma. El aire de tierra a mar arreciaba y era la oportunidad de soltar el “vivoâ€. Con la ayuda de mi hijo solté el cebo, que comenzó a alejarse de la orilla ayudado por el aire a una velocidad increíble. Transcurridos 20 minutos, ya el cebo se encontraba a 200 m de la orilla. Decidí que era un buen lugar para fijarlo. Con ayuda de una vara de madera que mi hijo me había proporcionado, levanté la línea madre del arrecife para que no se rozara y le coloqué, justo allí donde tocaba tierra, una lata de cerveza vacía que uso para señalizar su movimiento. Es una operación que he repetido cientos de veces, pero que me resulta todavía muy apasionante. Parece una trivialidad, pero de la forma de colocar la dichosa lata puede depender la captura del ejemplar de toda tu vida. Si no se calza lo suficiente, cualquier ola o incluso el desplazamiento del cebo pueden hacer que suene, movilizándote por gusto, como sucede en la opera de Sostakóvich “Pedro y el Loboâ€. Si la calzas demasiado, se traba o se le coloca un peso muy grande encima a la lata, el tironazo que le hace a la línea madre el ataque de una presa grande puede partir el monofilamento. Ahora viene la parte mala: esperar. Esta etapa se extendió más de lo previsto. El brazo se me cansó de tirar un jig con la caña, a ver si quería picar algo. También me cansé de spinnear a fondo con el bicho esponja y la presa más grande era un ronco de un cuarto de libra. A las doce de la noche decidí acostarme a dormir un rato en un hueco en el arrecife, a escasos dos metros de la orilla del mar. Mi hijo dormía hecho un ovillo a mi lado, tapado con una capa de agua. Había una luna llena que parecía una moneda de plata de a peso. La temperatura del aire era inusualmente fría para Cuba -13 grados (nunca me falta un termómetro), así que me abrigué bien y me metí en “mi hueco†(siempre que voy a Caleta Buena lo hago). A las 4.00 Hrs de lunes mi hijo se despierta y se pone a pescar con su cañita. El aire ha arreciado y la temperatura ha descendido más aún. Yo lo siento por las ráfagas que se filtran por los intersticios que quedan entre la capa y la piedra donde me he acostado. –“No me he podido dormir, pero al menos he descansado la vista y los piesâ€, pensé. Soñaba despierto con las capturas que me permitieran regalarle a mi hijo a fin del año próximo su ansiada casa de campaña personal, para ponerla exactamente sobre el hueco que ahora ocupaba mi cuerpo enroscado. Sonó la lata. Al mismo tiempo, mi hijo me grita. ¡Papá! El nylon de la lata sale y sale sin parar ¿Qué hago?!!. -Cuenta hasta siete y tráncalo con la mano con todas tus fuerzas, que ya estoy levantándome, le dije mientras me debatía en mi hueco enredado con la capa, como sólo las tortugas patas arriba pueden hacerlo. Logré incorporarme, y mientras buscaba las chancletas (no tenía tiempo de ponerme las botas), pude ver a mi hijo que hacía lo indicado para después cobrar línea como un condenado. Al mismo tiempo me decía: -¡Papá!, no hala, parece que se ha roto la línea o se soltó!. Eso me dio más bríos, logrando pararme sobre el hueco, tambaleándome como ebrio. Camine sin mirar los arrecifes hasta donde estaba el niño y le quité el monofilamento de sus manos. Yo sabía que eso no había sucedido. La línea no se rompe sin un halón extremo, que no había ocurrido. ¿Soltarse? Tampoco; el anzuelo que puse no perdona nada. Además, yo sabía que esa era MI NOCHE. La línea salía del agua por brazadas de un metro y medio, cayendo ante mis pies. –“Está nadando hacia la orilla, vamos a ver si me da tiempo a recobrar la tensión de la líneaâ€, pensaba mientras recogía endemoniadamente, como nunca antes. Al fin sentí la tensión de la línea y pude experimentar la presión que ejerce el peso del pez en la punta de esta. Miré al piso y pude ver a mis pies alrededor de 60 - 80 m de línea que había logrado cobrar. –“Quedan 120 metros para sacarteâ€, pez, pensé. Sin que nadie le dijera nada, mi hijo había tomado el carrete e iba recogiendo la línea que se había acumulado a mis pies. Me desplacé un par de metros a la derecha para darle espacio y le pedí que tomara el bichero, que yacía a escasos tres metros de donde yo estaba parado. Ya la presión sobre la línea crecía. Cuando se hacía insoportable para mis dedos, ante el temor de un corte de la carne o la partidura de la línea, soltaba alrededor de medio metro, que salía de mi mano con un chasquido como el que produce un látigo. Yo no cedía y tampoco el pez. Ahora se desplazaba hacia el oeste o sea, frente a mí. Yo recogía línea cuando podía, pero era ya más la que tenía que dar que la recuperada nuevamente. -“No he podido doblarle el morro al pez hacia la orilla, por eso no puedo recuperar más líneaâ€, le digo a mi hijo, que saltaba como una ardilla a mi lado, de la emoción. Pero tampoco yo le cedía. El pez se dedicaba a pasear de este a oeste y viceversa, sin dejarse acercar a la orilla. Cuando yo trataba de recobrar, parecía como si en ese momento él se percatara que era peligroso permitirlo y entonces halaba, obligándome a ceder línea. -¡â€Veamos quien se cansa primeroâ€!, le gritaba yo, sin tener que hacer mucho esfuerzo, sólo aguantando el monofilamento con la tensión que me permitiera mantener el pez en el lugar en que estaba. De pronto, la tensión disminuye y esto me brinda la oportunidad de recobrar línea nuevamente. El pez comienza a acercarse nuevamente a la orilla, esta vez nadando hacia el este, o sea, hacia mi derecha. Siempre manteniendo la tensión, voy cobrando línea hasta que observo como saca la cabeza del agua ya a 50 metros de la orilla. La luna llena se reflejaba sobre la superficie del agua, que brillaba en la noche como si fuera un espejo. En una de sus salidas, ya a 30 metros de la orilla y a 20 metros a mi derecha, creo distinguir en mi pez a una Gran Barracuda. En un instante viene a mi memoria la primera Barracuda que hube de enganchar en este pesquero. Aquella se me escapó al tratar de sacarla del agua, por tener un leader demasiado corto. ¡Esta no se me escaparía!, pensaba yo. Estaba agotada, ya no halaba con la misma fuerza como lo había hecho hacía diez minutos atrás, cuando me sacaba el monofilamento de la mano por metros. Tampoco saltaba ni sacaba la cabeza fuera del agua. Su “hocico†apuntaba hacia mí. Era mi oportunidad de acercarla a la piedra sobre la que yo estaba parado. Mi hijo gritaba en la orilla, ansioso de clavarle el bichero. Las poderosas mandíbulas del animal chasqueaban al abrirse y cerrarse repetidamente, lo que me llevó a percatarme de la arriesgada posición que ocupaba mi hijo, justo en el lugar donde yo quería llevar el pez para sacarlo del agua. Sólo tuve que pedirle una vez que se apartara de ese hueco, pues hacia allí dirigiría al pez. De un salto estuvo a mi lado, con el bichero en la mano, esperando... Ya el pez estaba vencido; se movía lentamente hacia donde yo lo llevaba. El peso calculado a simple vista por sus dimensiones era 15 Kg, lo que constituiría récord personal y de nuestro grupo. Llegó el momento que siempre me ha resultado más difícil: la subida del pez a tierra. Una vez dejé ir a un pargo de cerca de siete kilos, por no pegarme lo suficiente a la orilla y permitirle enredarse con los escaramujos que crecían en la orilla. Otra vez se me escapó una barracuda al romperse el monofilamento debido a una mala operación con el bichero, que lo cortó como si fuera de papel. Hace poco perdí una enorme rabirrubia como resultado de que al subirla a la piedra, el pez se desanzueló y saltó nuevamente al agua. Todas esas malas experiencias fluían a mi mente en cuestión de segundos. En fracciones de segundos repasé entonces la rutina que había venido preparando en mis últimos sueños para el caso que estaba viviendo. “No dejar que el pez hunda la cabeza hacia abajo justo a la orilla del arrecife, que cuando llegue a este lugar traiga la cabeza fuera del agua, por mucho que pese. No demorar un segundo desde que el pez llegue al borde del arrecife para subirlo al hueco que le había destinado. Que la operación de subirlo fuera una continuación de la última braza de línea recobrada. Tratar por todos los medios de agarrar el leader de acero con las manos, para que el último halón no fuera a partir el monofilamento. Estar listo a recobrar el monofilamento en caso que me fuera inevitable soltar el leader ante una emergencia. Para esto, era menester ponerle el pie encima a la última braza de línea recobrada. Y por último, realizar un movimiento con el brazo derecho, con el cual retenía la línea, parecido al “jerk†que hacen los pesistas, pero desde la espalda, rotando ligeramente el torso para pasar el pez del agua al hueco que se encontraba a medio metro sobre el nivel del mar. Todo eso sin la ayuda del bichero, pues no sabía operarlo con una mano ocupada por la línea y temía que mi hijo no tuviera fuerzas para clavarlo en la piel escamosa de la barracudaâ€. Llegó el pez a la orilla. Y funcionó mi rutina. Antes de que se percatara, yacía dentro del hueco. Miré al niño, que observaba absorto las poderosas mandíbulas de la barracuda, apoyado en el bichero y con una linterna en la mano. Luego, me miró y se sonrió. El corazón me latía más aprisa y me faltaba el aire, producto del esfuerzo hecho para subir el pez. Saqué de un bolsillo mi spray de Salbutamol y me apliqué dos dosis seguidas. Salí caminando a ponerme las botas. Las rodillas me temblaban de la emoción. -“Fabioâ€, le dije a mi hijo. -¿Qué, Papá? - No se te ocurra bajar al hueco. Si te agarra un pie, lo pierdes. - No, Papá, descuida. -Bien, hijo, busca una maza de madera, es toda tuya... En la jornada de pesca que quedaba antes de regresar a La Habana esta escena se repitió dos veces más. Al concurrir a la pesa llevábamos tres magníficos ejemplares que sumaron 32 Kg, ya limpios. Fueron los únicos pescados grandes que se presentaron al pesaje y me colocaron junto a mi equipo en el primer lugar del torneo. Puede que otro gane los premios. Puede que este año no logre cambiar los avíos de mi hijo ni comprarle una tienda de campaña. Lo más importante es que ya sé la imagen que quiero estar viendo cuando me toque cerrar los ojos y abandonar este mundo: Mi hijo, de pie sobre un arrecife, apoyado en un bichero, con una linterna en la mano, sonriéndome.
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¿ Existe Papa Noel ?
carcharodoncarcharias ha respondido a Karkamaal en un tema en el foro de Charla de pescadores
Yo no entendía nada hasta el post de XIMO, que me lo acaró todo... Gracias!!!! -
DOCUMENTOS,,T.V.
carcharodoncarcharias ha respondido a gorrion en un tema en el foro de Charla de pescadores
!Qué tema tan polémico, eh? Todo lo que pueda ir mal, irá mal, según Murphy. La pesca indiscriminada es uno de los principales azotes que enfrenta la naturaleza, y con ella el hombre. A veces no nos percatamos cuán frájil es la cadena animala a la cual el hombre está vinculada de manera alimenticia o sustancial (Psicológica). Soy de los que piensa, por mi formación de químico, que la naturaleza se encuantra en una situación de balance muy precario, que no soportaría que los mares se vieran casi despoblados de peces, como en la época del precámbrico, sin que esto afecte al hombre de manera irrevocable. Cada díaa que demoremos en tomar una acción correctiva, nuestros hijos nos lo criticarán. El pensamiento medioambiental debe formar parte del pescador deportivo. La cultura ambiental, al hacerse patente en nosotros, nos dicatrá qué hacer con nuestras piezas. Yo, particularmente, soy partidario de la modalidad "Captura y Libera", siempre que lo pescado no me sea indispensable para alimentar a mi familia, no para darle más nivel de vida. Es mi opinión. -
Los Cangrejos en Cuba
carcharodoncarcharias ha respondido a carcharodoncarcharias en un tema en el foro de Charla de pescadores
Muchas gracias a todos los que leyeron el post, por sus comentarios. Claro, Uds lo sienten interesante porque lo ven con ojos de amigos... Hay que seguir trabajando para mejorarlos!!! Gracias de nuevo, -
Record de peso en una pieza de concurso
carcharodoncarcharias ha respondido a Karkamaal en un tema en el foro de Charla de pescadores
Eso si es un tiburón, y todo lo demás es m... Espero no tenermelas que ver nunca con un bicho de esos!!! -
ENTIERRO CUBANO
carcharodoncarcharias ha respondido a pepefran en un tema en el foro de Charla de pescadores
Si no fue verdad, entonces al menos fue escrito por un cubano, no importa de donde sea... En Cuba le sacamos lascas a nuestras propias desgracias, como el que nadie.