La semana pasada me reenganché al foro y descubrí esta historia, que no llegué a ver en su día. Me he leído las 95 (ahora ya 96) páginas entre ayer y hoy, y estoy conmocionado. Podría decir muchas cosas, pero ninguna de ellas haría justicia a la magnitud de los sentimientos que hay aquí. Quiero mandar mi más profundo ánimo a Ibon, porque cada una de sus palabras destilaba esperanza, bondad, sincerdidad y amor por sus amigos pérdidos. También, como no podía ser de otro modo, expresar mi admiración por las mujeres familiares de estos hombres, por su fortaleza y su energía.
Quizás digo una tontería, pero conforme leía esto, iba tomando forma en mi cabeza una idea: ¿Conocéis los monumentos al soldado caído? Son monumentos en honor a todos los soldados muertos en guerras, independientemente de su nombre, nacionalidad o circunstancias. Creo que, si no existe ya, hacer un monumento a los desaparecidos en la mar sería una gran forma de honrar y recordar a Antonio, Luis y Pedro, y podría convertirse en un punto de encuentro para familiares o incluso futuros afectados. A título personal, y dentro de mis limitadas posibilidades, estaría encantadísimo de aportar un grano de arena para esta montaña, y estoy seguro de que las gentes del foro, con la implicación que han demostrado aquí, serían los primeros en apuntarse.
Un abrazo y una tonelada de ánimos.