Hola amigos.
Esta tarde, viendo que la prole estaba tranquila, le pido permiso a mi mujer para ir a echar unos lances, ya que por la mañana había visto el mar y el agua estaba muy bien para poner a nadar los pececillos.
Con el permiso concedido, me acerco a una playa cercana a Valencia, en un lugar al que todavía no había ido nunca, y en el que me esperaba cualquier cosa. Es una playa con aproximadamente 10 espigones repartidos cada 200 metros.
Lo dicho, viendo que el agua estaba muy bien, soplando levante moderado y aguas limpias, comienzo a recorrer los espigones con un paseante casero que me ha salido espabilao, y veo que hay movimiento, pero no observo persecuciones. Cuando llego a la punta de uno de los espigones, pongo otro popper casero más adecuado para lanzar contra el viento de levante. Viene trabajando el chavalín, moviendo un poquito el agua y de repente surje de las profundidades enorme llobarro que se da la vuelta y hasta luego. En un segundo lance, el amigo íntimo del llobarro sale otra vez a ver mi popper que no le debió gustar mucho. Con el corazón a tope echo otros lances pero se ve que han visto el engaño y no suben más a la superficie. En esto que surcando los cielos y a ras de agua, impresionante bando de flamencos de color rosa fucsia que casi me quitan la gorra. Al cabo de un rato, cambio de espigón y en la punta de los tres a los que he ido, mismas apariciones de llobarros grandes que se daban la vuelta. ( cuando digo grandes son grandes, o sea unos 4-5kg) . En esto que casi a mis pies, he visto uno de los ataques en superficie más acohonantes de mi vida. LLobarro grande persiguiendo a llisa grande durante unos 15 metros en una carrera alocada por salvar la vida, la llisa se mete entre la escollera y el llobarro se da la vuelta como puede. Con el corazón más a tope lanzo como un poseso mis poppers y paseantes grandes, sin tener esta vez ninguna persecución. En esto que me dió la hora y me tuve que volver a casa, bolo total, pensando que ha sido una de las tardes de pesca más emocionantes de mi vida. Y pa que conste, aquí queda escrito compañeros.