Relato del compañero del foro Kenpescador, perteneciente al Concurso de relatos Pescamediterraneo2.com de 2011
EL GRAND SLAM DEL DELTA DEL EBRO
A menudo mis pensamientos pesquiles se van hacia las cristalinas aguas del Caribe. México, Cuba, Costa Rica... son solo algunos de los posibles destinos repletos de extraordinarias especies de peces a cada cual más deportiva. En estos lugares el máximo reto del pescador es conseguir un triplete, más conocido en el argot de la pesca, como un Grand Slam. Si nos hacemos con las tres especies más representativas, seremos galardonados con ese título honorífico. Así pues, la Palometa, el Tarpón y el Bonefish, deberán hacer sonar nuestro carrete y posar en nuestras manos para conseguirlo.
Pero comparando por un momento la pesca con el turismo, a veces, no hace falta viajar tantos kilómetros para encontrar lo que buscamos. Al igual que nuestras islas baleares como Ibiza y Formentera, o el archipiélago Canario, con Lanzarote y la Graciosa, esconden lugares idílicos que son la envidia en otras zonas, con la pesca aún encontramos lugares que resisten el envite del furtivismo, la presión pesquera y la contaminación y nos pueden ofrecer a día de hoy muchas sorpresas. Y claro está, conseguir nuestro particular Grand Slam del Mediterráneo.
La lubina, la Anjova y el Palometón son sin duda las tres especies más deportivas y que podemos capturar a spinning, y sin duda, capturar las tres especies un mismo día no es descabellado. Lugares para hacerlo, hay unos cuantos. La costa Brava, el delta del Ebro, la costa Valenciana, Almería, puntos de la costa andaluza... pero sin duda en el que más posibilidades tenemos de hacernos con nuestro premio, es en el afamado delta del Ebro. Quizás el delta no pasa por sus mejores momentos y sus márgenes de mejora se reducen año tras año, creándonos a los pescadores un desasosiego interior al ver como tan hermosa zona no volverá a dar las capturas que daba hace tan solo unos pocos años atrás. Las razones son bien conocidas por todos, pero aún así, si pescamos con la inestimable ayuda de una embarcación, podemos planificar la jornada hacia estas tres especies. Veamos cómo hacerlo.
PLANIFICACIÓN DE UNA JORNADA
Si conocemos la zona, tenemos mucho ganado en cuanto a ubicación de especies y señuelos a utilizar pero si no, se pueden seguir unas pautas para que nuestra cámara acabe con unas buenas fotos que descargar en el ordenador.
Cada especie tiene unos hábitos diferentes, aunque en determinados momentos podamos encontrarlas activas en un mismo lugar a la misma hora. Y podemos utilizar el señuelo adecuado para cada especie cuando se encuentren en su momento de más actividad. Así iremos tras cada especie por separado, nada de ir con un mismo señuelo esperando que la suerte nos depare distintas capturas. La suerte en la pesca se tiene un día, no dos. Nada hay que dejar al azar. Debemos acechar a cada especie en su zona de caza y ofrecerle los mejores señuelos a cada una de ellas. En el delta del Ebro, las zonas donde podemos encontrar a estas especies están bastante cercanas unas a otras e incluso las comparten.
Sería bueno empezar la jornada con las lubinas para a media mañana ir tras las voraces Anjovas. A mediodía podemos buscar al Palometón y depende de cómo haya ido, a la tarde acabar de buscar la especie que quizás nos haya sido esquiva.
Una embarcación no es obligada, pero las posibilidades se reducen si pescamos desde orilla, aunque con los ejemplares más pequeños y con equipos ligeros, sí que es fácil hacerse desde orilla con estas tres especies. Pero nuestro mayor reto son los mayores ejemplares. No es fácil sacar lubinas de más de un kilo en el delta en los tiempos que corren pero las hay. Las anjovas de más de 3 kilos, frecuentan el lugar ciertos meses y el gran rey del Mediterráneo, el Palometón, sigue dando pesos superiores a los quince kilos con frecuencia.
Para encontrar a estas tres especies activas los mejores meses son los comprendidos entre Mayo y Octubre. El resto del año será verdaderamente complicado por no decir imposible hacerse con una Anjova o Palometón. Y utilizaremos dos equipos de pesca diferentes. Uno ligero para la lubina y otro medio o pesado para la Anjova y Palometón.
LA LUBINA
El serránido será nuestra primera especie a buscar a primera hora de la mañana. Podemos empezar a buscarla justo cuando empieza a amanecer hasta eso de las nueve de la mañana. Dos o tres horas donde la reina plateada tiene una actividad frenética. Si poseemos una embarcación potente podemos desplazarnos hacia zonas escondidas río arriba, pero realmente, no hace falta. Si la lubina está activa, se encuentra por toda la desembocadura cazando bancos de pequeñas llissas, justo en los cambios de profundidad o en las aguas someras de las lagunas. O apostada entre los juncos pendiente de todo incauto pececillo que pulule por sus dominios.
Ataremos a nuestra caña ligera un minnow, una ondulante o un vinilo imitando un pez, tipo pikie o una angula. No deberemos excedernos en el tamaño ya que a menudo la lubina caza pequeños peces y desdeñará señuelos de más de 11 m., con más frecuencia de lo que lo haría en otras zonas. Si la buscamos en zonas de poca profundidad, montaremos un aparejo de buldó con un anguilón, raglou u ondulante, o mejor aún, intentarlo con un pequeño paseante de no más de 10 cm., señuelo que las lubinas atacan con furia, haciendo de la pesca en superficie una de las más emocionantes que podemos practicar.
Nos entrarán muchas de pequeño tamaño, pues el delta actúa como un criadero para muchas especies, pero si las de mejor tamaño están activas no tardarán en dar señales de vida.
LA ANJOVA
Una vez pasadas las mejores horas para el “llobarro”, iremos tras las Anjovas. Los poppers, pencils, Rangers y demás señuelos de superficie hacen las delicias de la Anjova en esta zona, aunque no debemos desdeñar grandes minnows de 15 y más centímetros cuando les cuesta subir a superficie, manejados a tirones. Les lanzaremos estos señuelos en los últimos metros del río, tanto en su orilla derecha como izquierda y luego nos dejaremos llevar por la corriente batiendo la amplia bocana. En esta zona pueden salir en cualquier lado, y más si se forman pajareras de pequeñas sardinillas, jureles y palometas. Podemos llegar hasta la boya de salida, pescar los alrededores de las barras de arena o las más solitarias playas, todos ellos, lugares de caza y desove de los aquí llamados Tallhams (corta anzuelos en catalán), o ir en busca de pajareras. Las picadas en superficie serán increíbles y deberemos tener tino para que en uno de sus saltos no se suelte de los anzuelos, cosa más fácil de decir que hacer. . . .
Eso sí, deberemos intentar clavar bien en el momento de la picada, pues aunque suelen clavarse solos, a veces un cachete extra no va mal ya que este pez tiene una boca terriblemente dura y fuerte.
EL PALOMETÓN
Éste extraordinario pez, hoy día en declive, también frecuenta la desembocadura y las más tranquilas playas para desovar y cazar las abundantes llissas de la zona. Ver una llissa de más de un kilo intentar escapar de un depredador de estas características o de una Anjova son imágenes increíbles, más propias de mares remotos y salvajes que del Mediterráneo. Gran suerte la nuestra.
Al mediodía, y con las aguas más caldeadas el Palometón gusta de acercarse a la orilla salvo los dos meses más calurosos de verano que quizás madruga algo más. Y es aquí donde insistiremos. Le lanzaremos los mismos señuelos que a la Anjova pero algunos de mayor tamaño y eso sí, su velocidad de recogida ha de ser todavía superior a la de la Anjova, que ya de por sí es rápida. Por ello, quizás los mejores señuelos sean los Ranger y pencils, manejados a gran velocidad hasta que veamos la estela que crea en el agua el Palometón. Su posterior picada y pelea serán recordadas en nuestra memoria para siempre.
Si seguimos estas pautas, estamos en un lugar donde las posibilidades de fotografiarnos con este Grand Slam, son muy elevadas. Y para seguir disfrutando de más jornadas así, que mejor que devolver al agua una mayoría de ejemplares y obligatoriamente los más jóvenes. La zona y sus posibilidades, lo merece. Y el futuro de la pesca y el disfrute de nuestros hijos, aún más.