Decálogo del tripulante –no- remunerado:
A los que tenemos un barco, en mi caso un barquito , nos suele encantar que nos acompañen a bordo. Incluso algunos mas afortunados, armadores de un pesquero de altura, precisan ineludiblemente de esa compañía: La tripulación. En la mayoría de los casos sufrida y no remunerada, que por afición y amistad comparten los placeres y riesgos de las singladuras marítimas.
Con el ánimo de instruir a los nuevos tripulantes y armadores, he preparado este decálogo que recopila viejas y sabias costumbres marítimas:
Decálogo del tripulante –no- remunerado:
1. El barco es necesariamente una entidad –no- democrática. El patrón toma todas las decisiones.
2. Los tripulantes tendrán voz, pero no voto. Las disputas serán consideradas amotinamiento y tratadas en consecuencia.
3. Los tripulantes ayudarán en las maniobras y durante las operaciones de carga y descarga.
4. El exceso de equipaje está prohibido. Todo lo que exceda de una caña y una mochila se considerará exceso de equipaje y deberá ser aprobado previamente por el patrón.
5. En el ejercicio de la pesca, los tripulantes fijos utilizarán sus propios equipos y cebos.
6. El patrón elige el primer trofeo. El resto se reparte equitativamente.
7. El calzado náutico es obligatorio a bordo (los visitantes con chanclas serán arrojados al mar).
8. Los tripulantes fijos ayudarán a arranchar el barco a la vuelta, llegados a puerto.
9. Las provisiones para la jornada son a cargo de los tripulantes. Tratándose de de un tema de Seguridad, el patrón juzgará antes de la salida si son suficientes en cantidad y calidad.
10. Confidencialidad: Los tripulantes no revelarán ningún detalle recogido abordo tales como waypoints, trucos, infracciones, consumiciones ...etc.).
FIN. Año 2008.
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